Los Obispos que tratan con desdén a Paco

Es decir, a D. Francisco Franco, el Generalísimo, Jefe de Estado y héroe de la historia reciente de España. Uno de los mejores militares de la historia, hijo fiel de la Iglesia, liberador del pueblo español del yugo comunista (yugo además anti-cristiano, que todo hay que explicarlo), y gobernante excepcional que levantó un país destrozado y aislado hasta convertirlo en la novena potencia económica mundial.

Pero hoy, con la perspectiva de no se sabe qué visión… los Obispos españoles reniegan de Franco.

Cuando el “doctor” Sánchez se esfuerza en humillar los restos mortales del Generalísimo, para contentar a base de revanchismo a su hinchada y justificar un gobierno caótico, corrupto, manirroto, blasfemo e irreverente… Los Obispos miran hacia otro lado, no sea que les “crucifiquen” tildándoles de franquistas. Seamos “francos”, señores Obispos. Cristo dijo: o conmigo, o contra mí. No podemos estar con Cristo y contra la verdad. Ustedes, por no parecer franquistas, parecen… francisquistas, que es algo mucho más feo: Algo así como carreristas, acomplejadillos, progre-buenistas, equidistantes, adictos a las componendas, pelotas (o lameculos, como prefieran), y carentes de hombría.

Reunidos en su sede de Añastro, los Obispos de la “conferencia” episcopal española (cosa que todavía no se sabe qué es, pero que parece un mecanismo para preterir la universalidad de la Iglesia y para ahogar a cada diócesis poniendo a cada Obispo mirando a Cuenca -o a Añastro, que queda cerca-, antes de tomar ninguna decisión), recibieron de aguerridos católicos españoles, dotados de una esperanza a prueba de Obispos blandengues, el regalo de un libro sobre D. Francisco (Franco), escrito por un benedictino (¡qué cosas hacían los monjes!, la penitencia los debía trastornar,… lo contrario que ahora, que la vida cómoda debe aclarar la vista y despertar la inteligencia…).

Pues bien, sea por temor a parecer enemigos de su enemigo “doctor” Sánchez, sea por temor a parecer rebeldillos a su idolatrado Francisco (no Franco, sino Bergoglio), sea por lo que sea, a algunos les entró el tembleque en la mano y entre espasmos (no se han reportado casos de espumarajos, que podría haberlos también) rechazaron el ofrecimiento: denostaron a Francisco (ahora sí, Franco), para entrar como triunfantes guerreros de la imparcialidad por el arco del triunfo de su mitrada sede nacional… Campeones de tibieza, cobardía y equidistancia. Ya se sabe qué palabras dedica el Señor a quienes reúnen estas cualidades. Pero no consta que a ellos les preocupe.

Llama la atención la lista de los Obispos que rechazaron el libro:

  • El “no-cardenal” de Toledo, enfermo y pendiente de que le jubilen en cualquier momento, todavía haciéndose perdonar haber parecido un pelín “conservador” en ocasiones…

  • El Obispo de la “mezquita-catedral”, el que iba a acoger a los musulmanes en  su palacio episcopal en respuesta a la chorrada (o maldad) del día de Bergoglio. Antes Benedicto era lo más, y monta una comisión para la doctrina de la fe en Córdoba, para analizar los libros que se editan como católicos… pero ahora lo más es Francisco (el porteño del sur, no el del Ferrol) y hay que acoger a los musulmanes… Otro conservadorcillo que se quiere hacer perdonar…

  • El que iba a salir elegido secretario de la CEE… no podía cometer tamaño error antes de las elecciones… sobre todo cuando ya se sabe que él es socialista e internacionalista (Movimiento Cultural Cristiano – Solidaridad y Autogestión Internacionalista), es decir, todo menos franquista (qué bellos tiempos cuando algunos dicen que corrían delante de ‘los grises’… “lástima que Franco ya no esté”, deben pensar en el fondo).

  • Los “oprimidos” Obispos catalanes de Urgel o de Gerona, que vivieron una infancia traumática y desgraciada bajo la tiranía de un Estado centralista donde no existía la libertad que se respira ahora con TV3 y el “Parlament”… Y es que entre uno de la CUP (o cualquier otro especímen de la actual no-política, pues son intercambiables) y Franco, no hay duda de a quien elegir: A ése no, que lo crucifiquen… “Queremos a Barrabás”.

  • El “no-cardenal” de Sevilla, que da una de cal y dos de arena, pero más bien toca al son que hay que tocar. Ahora los acordes son el “viva Francisco” (no nos referimos a Franco, claro).

  • El Obispo de Cuenca, que debe ser un acomplejado que tratará de hacerse perdonar el pecado de ser sucesor de Mons. Guerra Campos…

Si a este acto de cobardía, sumamos los actos de “valentía” de estos Obispos, como el veto que interpuso el Cardenal Carles en Roma para evitar que se beatificara a la reina Isabel la Católica hace unos años, cuando estaba todo encaminado, o la defensa que Martínez Sistach realizó de la beatificación del asesino de monjas Companys(1) (sic),… es como para preguntarse: ¿Qué (añadan la muletilla que prefieran) está pasando aquí?

En fin, con estos bueyes dicen que hay que arar. Pues no sé qué va a salir de este sembrado… pero me temo que nada bueno.

Qué tiempos aquellos cuando había una cárcel para curas en Zamora… Hoy, para facilitar las cosas, la podríamos poner en Añastro. ¡Qué favor nos harían!

Bonifacio Gómez de Castilla

Bonifacio Gómez de Castilla

Sacerdote español misionero en Centro-Europa y otros países, con humor para reírse de sí mismo y celo por todas las almas.

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