HE RECIBIDO CON GOZO EL SACRAMENTO DE LA CONFIRMACIÓN

El sábado 30 de abril de 2016 he tenido la dicha de recibir el Sacramento de la Confirmación en la Catedral de Barcelona, que alberga el Cristo de Lepanto.

No pude recibirlo en mi adolescencia y he podido hacerlo hoy a los 40 años. Gracias a la Santísima Virgen que volvió a encaminar mis pasos hacia la Iglesia sentí el deseo de recibir este sacramento de iniciación que me faltaba para tener una vida cristiana más plena.

Ha sido un día muy feliz y he sentido una considerable emoción en el momento de ser ungido por el santo oleo, pues era consciente de estar recibiendo una gran cantidad de gracias a través del Espíritu Santo en ese momento. Mi familia y dos amigos, uno de los cuales ha hecho de padrino, me han acompañado en este día tan importante y han sido partícipes de mi alegría.

Al que buenamente pueda le pido una pequeña oración por mí en este día para que sea fiel a los dones del Espíritu Santo y un hijo leal de Cristo y de María.

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El sacramento de la Confirmación es uno de los tres sacramentos de iniciación cristiana. La misma palabra, Confirmación que significa afirmar o consolidar, nos dice mucho.

En este sacramento se fortalece y se completa la obra del Bautismo. Por este sacramento, el bautizado se fortalece con el don del Espíritu Santo. Se logra un arraigo más profundo a la filiación divina, se une más íntimamente con la Iglesia, fortaleciéndose para ser testigo de Jesucristo, de palabra y obra. Por él es capaz de defender su fe y de transmitirla. A partir de la Confirmación nos convertimos en cristianos maduros y podremos llevar una vida cristiana más perfecta, más activa. Es el sacramento de la madurez cristiana y que nos hace capaces de ser testigos de Cristo. Recibimos los dones del Espíritu Santo.

Los 7 dones del Espíritu Santo

Don de Ciencia, es el don del Espíritu Santo que nos permite acceder al conocimiento. Es la luz invocada por el cristiano para sostener la fe del bautismo.

Don de Consejo, saber decidir con acierto, aconsejar a los otros fácilmente y en el momento necesario conforme a la voluntad de Dios.

Don de Fortaleza, es el don que el Espíritu Santo concede al fiel, ayuda en la perseverancia, es una fuerza sobrenatural.

Don de Inteligencia, es el del Espíritu Santo que nos lleva al camino de la contemplación, camino para acercarse a Dios.

Don de Piedad, el corazón del cristiano no debe ser ni frío ni indiferente. El calor en la fe y el cumplimiento del bien es el don de la piedad, que el Espíritu Santo derrama en las almas.

Don de Sabiduría, es concedido por el Espíritu Santo que nos permite apreciar lo que vemos, lo que presentimos de la obra divina.

Don de Temor, es el don que nos salva del orgullo, sabiendo que lo debemos todo a la misericordia divina.

 

Los frutos del Espíritu Santo

Son perfecciones que forma en nosotros el Espíritu Santo como primicias de la gloria eterna. La tradición de la Iglesia enumera doce:

Caridad.
Gozo.
Paz.
Paciencia.
Longanimidad.
Bondad.
Benignidad.
Mansedumbre.
Fe.
Modestia.
Continencia.
Castidad.

 

Rafael María Molina Sánchez

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