El Purgatorio

15 de Febrero 1874 sucede el primer coloquio… Hasta el fin de Noviembre
de 1890 entre las almas de Sor María Gabriela y Sor María de la Cruz se da la
misteriosa relación que esta última confió al precioso Manuscrito.
RESUMEN
El buen Dios agradece todo lo que se hace por todas las ánimas del Purgatorio como si se hiciera por una sola, aplicando Él tu intención.
Yo soy, en este momento, la más sufriente de aquí, porque no estaba en mi vocación.
El VíaCrucis es la mejor oración después de la Santa Misa.
¡Ah, Si supieras lo que sufro!, Ay reza por mí. ¡Porque sufro extremadamente por todo! ¡oh, Dios mío! … Qué misericordioso eres! Ay de mí! No te figuras que cosa  es el Purgatorio! Debes ser buena y tener piedad de las ánimas! Un buen consejo!… El vía crucis.
Cuánta felicidad en el Cielo! Hay una distancia tan grande entre el Purgatorio y el Cielo!. A veces tenemos como un eco del gozo que gustan los Bienaventurados en el Paraíso; más es casi un castigo, porque en nosotros está un gran deseo de ver al buen Dios! En el Cielo puras luces; en el Purgatorio, profundas tinieblas!
Los grandes culpables no ven a la Santa Virgen.
Cuando viene a liberar un ánima del Purgatorio, es esto un gran gozo para el mismo Dios. Cuanto has leído al respecto en los libros en verdadera.
24 Marzo 1874 En el presente estoy en el segundo Purgatorio. El día de mi muerte estaba en el primero, donde sí sufría grandes dolores. También en el segundo se sufre mucho, pero mucho menos que en el primero.
MAYO.- Estoy en el segundo Purgatorio desde el día de la Anunciación de la Santa Virgen. Ese día yo he visto por primera vez a la Santa Virgen , porque en el primero no se la ve. La visión de ella infunde ánimo; además esta buena Mamá nos habla del cielo. Durante el tiempo que la vemos nuestros sufrimientos parecen que se atenúan.
Ah! Yo deseo ir al Cielo! Ah! Que martirio sufrimos desde que conocimos al buen Dios.!
No tengas temor recordar a todas tus jóvenes las grandes verdades de la salvación. Las almas con frecuencia necesitan ser sacudidas, actualmente más que nunca!
Sí, yo sufro, pero el más grande tormento es el de no ver al buen Dios. Esto es un martirio continuo que me hace sufrir más que el fuego del Purgatorio.
Sí, a veces vemos a San José, pero no así de frecuente como a la Santa Virgen.
El Purgatorio de los Religiosos es más largo y más riguroso que el de las personas del mundo, porque ellas ha abusado de mayor número de gracias.
No sé si puedes imaginarte las penas que se sufren en el Purgatorio!. En el mundo nadie lo piensa. También las Comunidades Religiosas lo olvidamos. Por esto el buen Dios quiere que se rece de modo especial por las pobres ánimas del Purgatorio, que se inculque esta devoción a los alumnos, a fin de que estos a su vez lo comuniquen en el mundo.
El demonio tiene secuaces para todo… también para el convento!

15 AGOSTO.- Sí, hemos visto a la Santa Virgen. Ella ha regresado al Cielo con muchas almas; yo sin embargo permanezco aquí.

Sientes calor? Ah! Si supieras que calor hay en el Purgatorio en comparación del tuyo!. Una breve oración hace tanto bien!. Nos refresca como un poco de agua fría, dado a una persona que tiene gran sed.
AGOSTO 1878. (Retiro). – Los grandes pecadores y los que permanecen casi toda su vida lejos de Dios por indiferencia, como también los Religiosos que no son como deberían ser, están en el gran Purgatorio, y allí las oraciones que hacemos por tales ánimas no son de ningún modo aplicadas a ellas. Ellas estuvieron indiferentes hacia el buen Dios durante la vida. A su vez, Él es indiferente hacia ellas y las deja en una especie de abandono, a fin de que reparen así su vida que ha sido nula.
Ah! Estando todavía en la tierra, tú no puedes imaginarte ni hacerte una idea adecuada de lo que es el buen Dios!. Nosotros a veces lo sabemos y comprendemos, porque nuestra alma está separada de todas las ligaduras que la entretenían y le impedían comprender la santidad, la majestad del buen Dios, su gran misericordia.
Nosotros somos mártires, nos derretimos de amor, por así decir. Una fuerza irresistible nos empuja hacia el buen Dios como Quien es nuestro centro y, al mismo tiempo, otra fuerza nos tira hacia el lugar de expiación. En tal estado, somos como obligadas a no poder satisfacer nuestros deseos. Oh! Que pena! … Pero la merecemos y no hay ninguna murmuración, aquí.
AGOSTO 1879 (RETIRO). – Nosotros vemos a San Miguel como vemos a los ángeles; ellos no tienen cuerpo. Viene al Purgatorio a llevar todas las almas ya purificadas, porque él es el que las conduce al Cielo. Sí, es verdad, él está entre los Serafines, como ha afirmado Monseñor. Es el primer Ángel del Cielo. También nuestros ángeles custodios vienen a visitarnos, pero San Miguel es el más bello!. En cuanto a la Santa Virgen, la vemos con su cuerpo. Ella viene al Purgatorio en el día de sus fiestas y regresa al Cielo junto con muchas almas. Mientras ella está con nosotros, no sufrimos; San Miguel la acompaña, pero, cuando él está solo, sufrimos como de costumbre.
Cuanto te he hablado del grande y del segundo Purgatorio, lo he hecho para hacerte comprender. Con esas expresiones intento decirte que en el Purgatorio hay diferentes grados. Así, llamo gran Purgatorio el lugar donde están las almas más pecadoras, en el cual yo estuve dos años sin poder dar algún signo de mis tormentos, en estos años, durante los cuales has escuchado lamentarme; tú sabes que es hasta ahora que he comenzado a hablarte.
El segundo Purgatorio, es siempre el Purgatorio, diferente aún del primero, se sufre también mucho, pero menos que en el primer Purgatorio; en fin hay un tercer lugar, que es el Purgatorio de deseo.
En ese no hay fuego. Están las almas que no han deseado suficiente el Cielo, que no han amado suficiente al buen Dios. Yo estoy allí en este momento; y en estos tres Purgatorios hay todavía muchos grados. Así así es que un alma se purifica, no sufren los mismos tormentos. Todo es proporcionado a las culpas que se deben expiar.
-Cuál es el mejor modo de glorificar a San Miguel?
R.- El modo más eficaz de glorificarlo en el Cielo y en la tierra es el de recomendar lo más posible la devoción a las ánimas del Purgatorio y de hacer conocer el gran oficio que él realiza entre las ánimas purgantes. El es el encargado por Dios de conducir al lugar de expiación y de introducirlas, después de la expiación, a las eternas moradas. Cada vez que un alma viene a aumentar el número de los elegidos, el buen Dios es así glorificado y esta gloria recae, en cierto modo, sobre el glorioso ministro del Cielo. Es un honor para él presentar al Señor las ánimas que se disponen a cantar sus misericordias y a unir su reconocimiento a aquellos de los elegidos por toda la eternidad. No soy capaz de hacerte comprender todo el amor que el celeste Arcángel tiene hacia nosotros. El nos anima en los sufrimientos, hablándonos del Cielo. Dile al Padre… que, si quiere agradar a San Miguel, recomiende insistentemente la devoción a las ánimas del Purgatorio. En el mundo no se piensa en esto. En la muerte de sus propios parientes y de los amigos, se hace alguna oración, se llora algún día, y es bello y termina!. Las ánimas quedan abandonadas; es verdad que lo merecemos, porque en la tierra no hemos rezado por los difuntos, y la justicia divina nos da en el otro mundo lo que hemos hecho en esta. Las personas que han olvidado a las ánimas purgantes, serán a su vez olvidadas y es justo, pero si se les hubiera sugerido rezar por los difuntos, si se les hubiera hecho conocer un poco qué es el Purgatorio, quizá hubieran actuado de manera distinta.
En cuanto a los grados del Purgatorio, puedo hablarte porque los he pasado. En el gran Purgatorio hay diversos grados. El más bajo es más tormentoso, es un infierno momentáneo, están los pecadores que han cometido delitos enormes durante la vida y que la muerte los ha sorprendido en ese estado, sin tener tiempo de apenas arrepentirse.
Esos están salvados como por milagro, con frecuencia por las oraciones de parientes piadosos o de otras personas. A veces no han podido ni siquiera confesarse y el mundo los cree perdidos, pero el buen Dios cuya misericordia es infinita, les ha dado al momento de la muerte, la contrición necesaria para ser salvados, en vista de una o de alguna acción que ellos realizaron durante la vida. Para tales almas, el Purgatorio es terrible. Es el infierno, con la diferencia que en el infierno se maldice al buen Dios, mientras que en el Purgatorio se lo bendice y se agradece el haberlos salvado. Después están las almas, que, sin haber cometido grandes pecados como los primeros, han sido indiferentes con el buen Dios; durante la vida no han satisfecho el precepto pascual y, convertidos al punto de morir, con frecuencia no ha ni siquiera comunicarlo, están en el Purgatorio por su larga indiferencia sufriendo penas inauditas, abandonados, si no hace algo por ellos, ellos no pueden sacar provecho.
Yo he pertenecido a este grado.
En el segundo Purgatorio están las almas de los que muy culpables de pecados veniales no los expiaron antes de la muerte, o bien de pecados mortales  perdonados, pero de los cuales no han satisfecho plenamente la justicia divina. Hay también en este Purgatorio diversos grados según el mérito de las personas. Así el Purgatorio de las personas consagradas o que han recibido más gracias es más largo y más penoso que el de aquellas del común de las almas.
En fin el Purgatorio de deseo, que es llamado Vestíbulo. Muy pocas personas lo evitan; para evitarlo tienen que haber deseado ardientemente el Cielo y la visión del buen Dios, y esto es raro, más raro de lo que se cree, porque muchas personas, aunque piadosas, tienen miedo del buen Dios y no desean con suficiente ardor el Cielo. Este Purgatorio tiene su martirio muy doloroso igual que los otros; es ser privados de la visión del buen Jesús, qué sufrimiento!.
-¿Se conocen entre ustedes en el Purgatorio?
R… Sí, como se conocen las almas. No existe más el nombre en el otro mundo.
No tiene comparación el Purgatorio con la tierra. Cuando las almas son liberadas y separadas de su envoltura mortal, su nombre es sepultado en la tumba junto con el cuerpo. Yo te explico muy poco qué es el Purgatorio y tú entiendes un poco más que los otros, por las luces que el buen Dios te concede. Pero qué cosa es esto comparado con la realidad?. Nosotros estamos aquí perdidos en la voluntad de Dios, mientras en la tierra, por muy santo que se sea, se conserva siempre la propia voluntad. Nosotros no tenemos más. Conocemos y sabemos sólo lo que agrada a Dios hacernos conocer y nada más.
– ¿Hablan entre ustedes en el Purgatorio?
R… Las ánimas nos comunicamos entre nosotras cuando el buen Dios lo permite, según el modo de comunicarse de las ánimas, pero sin palabras…
… Sí, es verdad que yo te hablo, pero eres tú un espíritu?. Me comprenderías, Si no pronunciara las palabras?
En cuanto a mí, porque así quiere el buen Dios, te comprendo sin que pronuncies las palabras con los labios. Sin embargo se da la comunicación entre las almas entre los espíritus, aún sin haber muerto. Así, cuando tienes un buen pensamiento, un buen deseo, te estás comunicando con frecuencia con tu buen Ángel o con cualquier otro santo, a veces con el mismo buen Dios: ese es el lenguaje de las almas.
– Dónde está el Purgatorio?. ¿Es un lugar estrecho?
R… Si está en el centro de la tierra cercano al infierno (como lo has visto un día después de la Santa Comunión). Las ánimas están como en un lugar estrecho, si se considera la multitud que hay, porque son millares y millares de ánimas, pero qué espacio se necesita para una anima?. Cada día se juntan muchos millares y la mayor parte permanecen de Treinta a cuarenta años; otros mucho más tiempo todavía y otros menos. Te digo esto según el cálculo de la tierra, porque aquí es otra cosa. Ah, si supieses, si conocieses el Purgatorio y cuando se piensa que es por propia culpa que se tiene!, Yo estoy desde hace ocho años. Me parece que han pasado diez mil años!…
Oh, mi Dios!. Refiere exactamente todo esto a tu Padre!… Que aprenda él de mi que cosa es este lugar de sufrimiento, a fin de hacerlo conocer más adelante. El podrá experimentar así que provechosa es la devoción a las ánimas del Purgatorio. El buen Dios con frecuencia concede más gracias por la mediación de estas ánimas sufrientes que por la de los mismos santos. Que cuando él quiera obtener una cosa con más seguridad, se dirija de preferencia a las ánimas que más han amado a la Santa Virgen y que, por consecuencia, esta buena Madre desea liberar, y el mismo podrá decir si no le va bien. Hay también ánimas que no viven en el Purgatorio propiamente dicho. Asi yo, durante el día, te acompaño a cualquier parte que vayas, pero cuando te acuestas, en la noche sufro más; regreso al Purgatorio. Otras ánimas hacen a veces su Purgatorio en el lugar donde han pecado, al pie del santo altar en el que se conserva el Santo

Sacramento, pero, pero sin embargo ellas llevan, siempre consigo el propio sufrimiento, un poco menos intenso que en el verdadero Purgatorio.

El Padre(espiritual) ha tenido mucha razón de decir de no buscar otra cosa más que la santa voluntad del buen Dios en todo lo que hay que hacer. Esto constituirá para ti la felicidad: ver su voluntad en todo lo que sucede, penas y gozos. Todo proviene de Jesús igualmente. Oh! Sé buena, doblemente buena, para agradar al buen Dios, a él que esta bueno contigo!. Ten siempre los ojos del alma fijos en Él para descubrir sus íntimos deseos. Camina aún más allá, a fin de agradarlo. Entre más busques hacer algo por Él, más Él te lo hará a ti. El buen Dios no se dejará vencer en generosidad, al contrario!. Él nos da siempre más. Sé por tanto ingeniosa para consumirte por su amor y por su gloria.
La inglesa que se ahogó cerca del Monte San Miguel ha ido al cielo directamente. Ella ha tenido la contrición requerida al momento de la muerte y al mismo tiempo el bautismo de deseo. Todo ha sucedido así por la intervención de San Miguel Feliz naufragio!.
-¿Cuándo un ánima es destinada a tener un puesto más bello en Cielo, no tiene también en el Purgatorio un número más grande de gracias que tantos otros?
R… Cierto, entre más un alma es destinada a ocupar un puesto elevado en el Cielo, es por eso mismo, a conocer mejor a su Dios, más basto igualmente es su conocimiento y más íntima su unión con Él en el lugar de expiación. Todo aquí es proporcionado al mérito.
-Y bien, ¿Qué hay de las oraciones que el Padre P. ha hecho por ellos?
R… Las personas que están en el Cielo y por las cuales se ruega en la tierra
pueden disponer estas oraciones para las ánimas a las que deseen aplicárselas. Es un recuerdo muy dulce para las ánimas de otro mundo ver que parientes o amigos no le olvidan en la tierra, aunque ellas no tengan más necesidad de oraciones. Al contrario ellas no son ingratas.
Los juicios del buen Dios son muy diferentes de los de la tierra. El tiene en cuenta el temperamento, el carácter, del que hace algo por ligereza o por pura malicia. A Él que conoce el fondo del corazón, no le es difícil ver lo que sucede (en las almas); es muy bueno Jesús, pero sin embargo también muy justo!.
-¿Qué distancia hay entre la tierra que habitamos y el Purgatorio?
R… El Purgatorio está en el centro del globo. La tierra misma no es quizás un Purgatorio? Entre las personas que la habitamos, unas lo hacen enteramente mediante la penitencia voluntaria o aceptada; tales personas, después de su muerte, van inmediatamente al Cielo otras lo comienzan, porque la tierra es cierto un lugar de sufrimiento, pero estas almas, no teniendo suficiente generosidad, van a terminar su Purgatorio de la tierra en verdadero Purgatorio.
-¿La muerte súbita o imprevista es un justicia o una misericordia del buen Dios?
R:Esta clase de muerte a veces es una justicia y a veces una misericordia.
Cuan un alma es temerosa y Dios sabes que está preparada y lista para comparecer delante de Él, para evitarle los horrores que podría tener en el último momento, la lleva de este mundo con una muerte súbita. A veces el buen Dios toma las almas en su justicia. Estos no están por esto del todo perdidos, pero privados de los últimos Sacramentos o recibiéndolos en frío, sin haberse preparado al último paso, su Purgatorio es muy doloroso y se prolonga más. A otras, habiendo colmado la medida de sus pecados y habiendo permanecido sordas a todas las gracias divinas, El buen Dios las toma de la tierra a fin de que no provoquen todavía más su justicia.
-¿El fuego del Purgatorio es un fuego como el de la tierra?
R: Sí, con la diferencia que el fuego del Purgatorio es un purificador de la justicia de Dios y el de la tierra es muy tolerable comparado al del Purgatorio. Es una sombra en comparación del gran bracero de la justicia Divina
-¿Cómo por tanto, un ánima puede quemarse?
R: Por un justo permiso del buen Dios; el alma que ha sido culpable, porque el cuerpo no ha hecho más que obedecerle (en realidad qué pecado ves cometer a un cuerpo muerto?.), el ánima sufre como si fuese el cuerpo el que sufriera.
-Dime ¿qué cosa sucede en la agonía y después? El alma está en las luces o enlas tinieblas?. Bajo qué forma viene pronunciada la sentencia?
R:Yo no he tenido agonía, tú lo sabes, pero puedo decirte que en aquel último momento decisivo el demonio suelta toda su rabia alrededor del moribundo. El buen Dios para hacer adquirir mayor mérito a las almas, permite que sufran aquella última prueba, es el último combate: las almas fuertes y generosas, a fin de tener un puesto aún más bello en el Cielo, tienen con frecuencia, al término de su vida y en las ansias de la muerte, semejante lucha terrible contra el ángel de las tinieblas (tú has sido testigo), pero de esto salen victoriosas. El buen Dios no permite que un alma, que se ha dado a Él totalmente durante la vida, perezca en estos últimos momentos. Las personas que han amado a la Santa Virgen, que la han invocado toda su vida, reciben de ella muchas gracias en la última lucha. La misma cosa se realiza también para aquellas que han sido devotas de San José, de San Miguel o de cualquier otro Santo. Entonces sobre todo, como ya te he dicho, se es feliz de tener un intercesor cerca de Dios en aquel penoso momento. Hay otras que mueren tranquilas, sin pruebas de nada de lo que te he dicho.
El buen Dios tienes sus designios en todo: El hace o permite todo por el bien particular de cada uno.
-¿Cómo decir y describirte lo que sucede después de la agonía?.
R:No es posible comprenderlo bien sin haberlo pasado. Sin embargo, trataré de explicártelo lo mejor que pueda. El alma, al dejar el cuerpo, se halla perdida, toda acometida (si se puede decir así) de Dios. Ella se encuentra en una luz tal que en un parpadear de ojos ve toda su vida y, por consiguiente, lo que merece. Ella misma en esta visión tan clara pronuncia la propia sentencia. El alma no ve al buen Dios, pero está anonadada en su presencia. Si es un alma culpable como lo era yo y que, por consiguiente, he merecido el Purgatorio, ella es de tal manera oprimida bajo el peso de los pecados que le faltan de expiar que por sí misma se hunde en el Purgatorio.
Entonce solamente se comprende al buen Dios, su amor por las almas y que desgracia es el pecado a los ojos de su Divina Majestad San Miguel está allí cuando el alma deja el cuerpo; sólo a él he visto y ven todas las almas, El es como el testigo y el ejecutor de la justicia divina. Yo he visto también a mi ángel de la guarda.
Esto es para hacerte comprender como puede decirse que San Miguel lleva las almas al Purgatorio… porque un alma no se lleva, pero es verdad, en el sentido que él está allí, presente en la ejecución de la sentencia. Todo lo que sucede en el otro mundo es un misterio para el tuyo.
-¿Y cuándo se trata de un alma que va directamente al Cielo?
R:Para esta alma, la unión comenzada con Jesús continúa en la muerte; eso es el Cielo, pero la unión del Cielo es más íntima que la de la tierra.
Las ánimas del Purgatorio conocen del futuro sólo en tanto que Dios lo permite y quiere darles a conocer. En proporción de sus méritos algunas ánimas tienen más conocimiento que otras; pero todas estas cosas respecto al futuro que ventaja puede acarrear, salvo que interesen a la gloria del buen Dios y al bien de alguna alma? No tienes que maravillarte de que el demonio y sus secuaces conozcan algo del futuro. El diablo es un espíritu; por consecuencia, posee astucia y mucho más conocimiento que cualquier persona de la tierra, excepto de algunos Santos que el buen Dios ilumina con su luz. El engaña para todo, buscando hacer el mal; ve que lo que sucede en el mundo, es a causa de su sagacidad, entonces puede preveer fácilmente las cosas que se realizan; esa es la única explicación. Ay de aquellos que se convierten en sus esclavos al consultarlo; este es un pecado que desagrada mucho al buen Dios.
-¿Las ánimas pueden alguna vez equivocarse? Dios puede permitirlo?
R:Sí… no en cuanto a las cosas existentes, sino a aquellas del futuro, pero no es esto por ninguna imperfección de ellas. Dios mismo no parece cambiar con frecuencia el orden de sus designios (1)?. Eso es de este modo: puede suceder que Dios, en su justicia, quiera castigar un reino, una provincia, una persona: es la intención que Él manifiesta, pero si alguna persona de tal reino, de tal provincia, con la oración o con otros medios desarman su justicia, Dios perdonará del todo o disminuirá la pena según la previsión de su sabiduría infinita. Con frecuencia permite también los grandes acontecimientos sean predecidos anticipadamente, o bien los hace conocer a algunas almas, a fin de que ellas prevengan y detengan su justicia: su misericordia es tan grande que Él no castiga si no en los extremos. Así respecto de la persona, de la que un día me hablaste: no te he dicho las cosas así como son. Sin embargo era justo todo lo que el buen Dios de ella me hacía conocer entonces; pero porque cambió un poco de conducta, el buen Dios le inflige solo la mitad del castigo que le era reservado, si hubiera permanecido en la misma disposición. Así es como a veces puede parecer equivocación.
-¿Son muchos los protestantes salvados?
R:Por misericordia del buen Dios, hay un cierto número de protestantes que son salvados, pero su Purgatorio es largo y riguroso para muchos. Es verdad que ellos no han hecho abuso de las gracias como muchos católicos, pero como ni siquiera han tenido la gracia insigne de los Sacramentos y los otros recursos de la verdadera religión, eso hace que su expiación se prolongue por mucho tiempo en el Purgatorio.
Hablo con voz más baja que de costumbre, porque también tú, desde hace ocho días, hablas al buen dios
con voz demasiado baja en la salmodia. Cuando lo hagas con voz más alta, lo haré también yo.
-¿En el Purgatorio conocen la persecución, de que es objeto la Iglesia? No conoces el final?
R: Sabemos que la Iglesia es perseguida y oramos por su triunfo, pero cuando será esto?. Yo lo ignoro… Puede darse que algunas ánimas lo sepan? En cuanto a mí no lo sé.
En el Purgatorio las ánimas no permanecen únicamente ocupadas de sus dolores; ellas rezan mucho por los grandes intereses del buen Dios, por las personas que les abrevian sus sufrimientos. Alaban y dan gracias a Nuestro Señor por su infinita misericordia con ellas, porque para algunas de ellas el espacio que separa el Purgatorio del infierno ha sido muy estrecho y poco faltó para que se precipitaran al abismo. Considera entonces que grande es el reconocimiento de estas pobres ánimas arrancadas así de Satanás.
No puedo explicarte de que modo nosotros vemos la tierra mejor que como la ves tú; porque no puede comprenderse sino cuando el alma ha abandonado el cuerpo, porque ahora la tierra que se ha dejado, abandonando en ella su cuerpo, no le parece más que un punto en comparación del horizonte que llega hasta la eternidad que se abre para ella.
-¿Pero, en el Purgatorio, se lo ama?
R:Ciertamente, pero el nuestro es un amor de reparación, y si en la tierra lo hubiéramos amado como deberíamos haberlo hecho, no seríamos tan numerosas, no habríamos tantas ánimas en el lugar de la expiación.
-¿En el Cielo Jesús es muy amado?.
R:En el Cielo se lo ama mucho. Allí es bien compensado, pero no es aún esto lo que Jesús desea. El quiere ser amado en la tierra, en esta tierra donde se anonada en cada tabernáculo. A fin de que se le acerquen con más facilidad y no lo hacen. Se pasa delante de una Iglesia con mayor indiferencia que delante de un monumento público. Si a veces se entra en el lugar santo, es más para ultrajar al divino Prisionero que reside allí, con la propia frialdad, con mala postura, con oraciones hechas con frialdad, sin atención, sin dirigirle una palabra cordial, una palabra amigable y de reconocimiento por su bondad hacia nosotros.
-¿Tú tienes del buen Dios un conocimiento más perfecto que el nuestro?
R:Ah, que pregunta!. Pero ciertamente, nosotros lo conocemos mucho mejor y le amamos mucho más.! Ay de mí!. Precisamente esa es la causa de nuestro mayor tormento aquí. En la tierra se ignora qué cosa es el buen Dios. Se hace una idea según la propia visión estrecha,; pero nosotros, al dejar nuestra envoltura de barro, entonces nada más obstaculiza la libertad de nuestra alma, Oh solamente ahora hemos conocido a Dios, su bondad, su misericordia, su amor!. Después de esta visión tan clara, esta necesidad tan grande de unión (con Él), el alma tiende siempre hacia Dios, esta es su vida y, siempre se echa hacia atrás, porque no es suficientemente pura, ese es nuestro sufrimiento: el más duro, el más cruel Oh!. Si fuese concedido regresar a la tierra, después de haber conocido al buen Dios, qué vida llevaríamos!. Pero, llorar es inútil… y no obstante en la tierra no se piensa ni un instante en esto, se vive ciego. La eternidad no es tenida en cuenta. La tierra, que no es más que un lugar de tránsito y que acoge solamente al cuerpo, el cual a su vez, se convierte en tierra también el, es el único objeto hacia el que tienden casi todos los deseos, y en el Cielo no se piensa!. Y Jesús y su amor son olvidados!.
-¿En el Purgatorio, las ánimas se consuelan recíprocamente con el amor del buen Dios o bien alguna está completamente apartada en su dolor?
R: En el Purgatorio, nuestro único consuelo, nuestra única esperanza es Dios

sólo. En la tierra, el buen Dios permite que a veces en las propias penas del cuerpo y del espíritu se pueda ser consolado por un corazón amigo; y para otros, si en este corazón falta el amor de Jesús, las consolaciones son ineficaces, pero aquí las ánimas están perdidas, abismadas en la voluntad divina, y sólo Dios puede mitigar su dolor. Todas las ánimas son atormentadas, algunas según la propia culpabilidad, pero todas padecen un dolor común que sobrepasa cualquier otro: la ausencia de Jesús que es nuestro elemento, nuestra vida, todo lo nuestro. Y nosotros, estamos separadas por culpa propia.

[Artículo original]

También puede interesarle

2 comentarios en “El Purgatorio

Responder a ana Cancelar respuesta

A %d blogueros les gusta esto: